Economia

Piden ayuda más estadounidenses en edad de trabajar

Associated Press

2014-01-26

Washington— Actualmente, las personas en edad de trabajar representan una mayoría en los hogares de Estados Unidos que dependen de las “estampillas” (food stamps) –ayuda gubernamental para la compra de comida– en comparación con hace unos años, cuando los niños y las personas mayores eran básicamente los que las recibían.

Parte de este cambio se debe a la demografía, tal como la tendencia hacia tener menos hijos. Sin embargo, lo que también juega un papel muy importante es la lenta recuperación económica, un alto desempleo, salarios estancados y una brecha que cada vez es más grande entre los salarios bajos y un empleo altamente calificado.
Esto sugiere que el Gobierno, que está gastando 80 mil millones de dólares anuales en el programa de los vales para despensa –el doble de lo que costaba hace cinco años– tal vez ya no pueda subsidiarlo significativamente a muy corto plazo.
Desde 1980, la obtención de los cupones ha crecido muy rápido entre los trabajadores que tienen cierta escolaridad universitaria, una señal de que la red de seguridad se ha estirado más para abarcar a la ex clase media estadounidense, de acuerdo a un análisis de la información del Gobierno realizado por Associated Press a través de economistas de la Universidad de Kentucky.
Formalmente llamado Ayuda Suplementaria Nutricional, o SNAP por sus siglas en inglés, el programa abarca actualmente a 1 de cada 7 estadounidenses.
Los hallazgos coinciden con la información económica más reciente que muestra que los salarios de los trabajadores están creciendo a un ritmo más lento en relación con las ganancias corporativas en la historia de Estados Unidos.
El discurso del Estado de la Unión, que pronunciará el presidente Barack Obama mañana por la noche, se espera que se enfoque en parte en reducir las desigualdades en los ingresos, tales como incrementar el salario mínimo federal.
Mientras tanto, el Congreso está debatiendo recortes a las estampillas de comida, con los republicanos –incluyendo al líder de la mayoría en la Cámara, Eric Cantor, del estado de Virginia–, deseando realizar una reducción de 4 mil millones de dólares al año al programa antipobreza, que ellos afirman promueve la dependencia y el abuso.
Economistas argumentan que tener un trabajo podría no ser bastante para ser auto-suficiente en la economía actual.
Un ejemplo es Maggie Barcellano, de 25 años y originaria de Austin, Texas. Tras terminar la preparatoria, entró a estudiar enfermería pero no pudo concluir sus estudios por falta de recursos. Luego tomó un curso como técnico en atención médica de emergencia con el Army pero no pudo encontrar trabajo como paramédico por una certificación adicional que le pedían.
Finalmente Barcellano, madre de una niña de 3 años, pudo encontrar trabajo donde le pagan 10 dólares por hora. Con la ayuda de una asociación civil, recientemente aplicó para el programa de estampillas y espera poder ahorrar para seguir su entrenamiento como paramédico
Desde el 2009, más del 50 por ciento de los hogares de EU que reciben vales de despensa han sido adultos de 18 a 59 años de edad, de acuerdo al Sondeo de la Población Actual del Buró del Censo. El programa SNAP define a los adultos no mayores como cualquier persona menor de 60 años.
En 1998, las personas en edad de trabajar en los hogares que recibían estampillas para comida era de 44 por ciento, antes de que las subsecuentes recesiones del 2001 y 2007 provocará que se inscribieran más personas en el programa, de acuerdo al análisis realizado por James Ziliak, director del Centro de Investigación de la Pobreza de la Universidad de Kentucky.
Por grado de escolaridad, alrededor del 28 por ciento de los beneficiados con estampillas tiene al menos algún entrenamiento técnico, en comparación con el 8 por ciento en 1980. Aquellos con grados académicos universitarios, pasaron de 3 a 7 por ciento. Los que cuentan con preparatoria terminada constituyen el grueso de los que reciben cupones de comida, y de ser el 28 por ciento hace más de tres décadas han aumentado al 37 por ciento. En contraste, aquellos que dejaron inconclusa la preparatoria han bajado más de la mitad a 28 por ciento.

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