Verónica Gascón
Agencia Reforma
Distrito Federal— Los salarios en las pequeñas y medianas empresas han sido los más castigados después de la crisis, ya que cayeron 2.6 y 2.8 por ciento, respectivamente, en los últimos cinco años, de acuerdo a cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La brecha salarial entre las micro y grandes empresas es de 2.5 veces el sueldo, si se considera que el salario que reciben los trabajadores de las compañías creció 11.5 por ciento en el mismo periodo.
La mayor parte de los trabajadores se encuentran en las unidades económicas más pequeñitas, los cuales suman 19.9 millones de personas, con un salario de 131.9 pesos en promedio al día, según cifras del Instituto, a julio de este año.
Mientras que aquellos que laboran en medianas y grandes son 16.5 millones, con un salario de 327 pesos al día, en promedio.
“El microempresario lo es por necesidad, no es alguien quien haya sido preparado para administrar un negocio y eso tiene una implicación importante en lo que puede lograr en términos de productividad de la empresa y finalmente la capacidad de remunerar trabajadores esta en función de este factor”, dijo Manuel Molano, investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad.
“Si están en un negocio altamente productivo van a pagar mejores sueldos y si es un negocio que deja una utilidad muy chiquita probablemente no”, explicó Molano.
Por ello, comentó, las micro-empresas obtienen utilidades netas de entre 5 a 10 por ciento, mientras que una empresa grande las amplía del 20 al 40 por ciento, lo cual le permite financiar la expansión del negocio.
Es por ello que los trabajadores de las microempresas producen 5 veces menos que los de una grande, y generan 127 mil pesos al año, mientras que aquellos de las grandes 635 mil pesos, de acuerdo con Endeavor.
La caída en las remuneraciones también obedece a la desaceleración de la economía, ya que el índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza incrementó 5.8 por ciento en el último año según el Coneval.
Esta situación significa que el nivel de los ingresos laborales no es suficiente para adquirir una canasta básica de alimentos.
José Luis de la Cruz, economista del Tecnológico de Monterrey, consideró que esta situación afecta particularmente a las pequeñas y medianas empresas.
“La desaceleración de la economía afecta a un mercado laboral que tiene una falla estructural: bajos salarios que causan pobreza y debilidad en el mercado interno. Lo anterior debe llamar a una profunda reflexión sobre cómo reactivar el mercado interno”, señaló.