Associated Press
2018-11-07
Ciudad de México— Tras las emociones vividas del Gran Premio de México, el espectáculo de la Fórmula Uno se traslada a una pista tradicional, presente en el calendario desde 1973.
La pista en donde el alemán Michael Schumacher obtuvo cuatro triunfos, ahora podría ser el lugar en donde otro germano, Sebastian Vettel alcance el mismo número de éxitos.
Cuando se corrió el primer GP de Brasil el 11 de febrero de 1973, la pista de Interlagos, construida como su nombre lo dice, entre lagos, tenía una extensión de 7.96 kilómetros, distancia que fue acortada para finales de la década de los 80 para tener los 4.309 kilómetros que presume actualmente.
Rectas de alta velocidad, combinadas con curvas de mediana y baja velocidad posicionan al Autódromo José Carlos Pace como un desafío para los pilotos de la Fórmula Uno.
Como sucedió hace dos semanas en México, la altitud y la atmósfera son dos de los factores que caracterizan a la carrera paulista, pues el circuito está situado a 800 metros sobre el nivel del mar y lo ligero del aire afecta los niveles de fuerza aerodinámica y enfriamiento.
“Estoy emocionado de regresar a Interlagos porque es un circuito increíble y siempre he disfrutado correr en esta pista. Es un circuito en donde se han dado grandes carreras, además de que es un poco impredecible”, aseguró Fernando Alonso, de McLaren, quien tiene el récord de más podios en el GP de Brasil, entre los pilotos en activo.
“También quiero ya cerrar el ciclo con estas dos últimas carreras de la temporada para concentrarme en extraer al 100 las mejoras que hemos estado trabajando para maximizar nuestro auto”.