Agencia Reforma
2018-08-02
Guadalajara, Jalisco— Las ondinas mexicanas consumaron la proeza que habían vaticinado: refrendar sus siete títulos centroamericanos. Como escenario tuvieron la piscina del Complejo Acuático Eduardo Movilla para rendirse homenaje a ellas mismas.
La máxima exponente del nado sincronizado, Nuria Diosdado, comandaba al equipo, en sus cuartos Juegos Centroamericanos y culminaron interpretando una coreografía conceptual de payasos que cautivó al público y a los jueces que les otorgaron calificación de 85.3667, dejando muy abajo a Colombia y Venezuela con 80.4667 y 72.9000, respectivamente.
Todo valió la pena.
Levantarse todos los días a las 4 de la mañana, bañarse con agua fría en la Villa Centroamericana que les complicaba quitarse la grenetina para fijarse el cabello.
Aunque no le tocaba competir, Diosdado se levantó en la madrugada para maquillar a Joana Jiménez, para el solo técnico, que el pasado fin de semana que le dio la primera medalla de oro a las ondinas.
“Niñas que practican nado sincronizado en clubes de México vinieron a ver la competencia. Es muy motivador para nosotras porque esperemos que esas niñas en un futuro puedan estar aquí en la Selección y tomen nuestro relevo”, aseveró Diosdado.
“Todo lo que hice, todo lo que nadé, sé que mi equipo también lo hicimos a tope y eso me deja muy satisfecha... disfruté estos Juegos Centroamericanos como mis últimos, pero nunca del deporte”.
La selección de nado sincronizado, entrenada por Adriana Loftus, no naufragó hasta colgarse las siete medallas doradas.