Associated Press
2018-06-13
Filadelfia.- Carson Wentz estaba teniendo una temporada del calibre de un MVP antes de que sufriera una rasgadura del ligamento cruzado anterior, misma que lo obligó a tener que quedarse en la banca, desde donde observó a Nick Foles conducir a las Águilas a su primera victoria en el Super Bowl.
Wentz tiene la misión de regresar para la primera semana y ya está listo para volver a jugar luego de que fuera dado de alta de manera anticipada para presentarse a trabajar la semana pasada. Aun así, aún le falta algo de tiempo para que se le permita realizar todas las actividades con el equipo.
“Es simplemente un proceso”, dijo Wentz a la Associated Press. “Está la parte mental de ello, en la que tengo que recuperar la confianza en mí mismo, pero también están las limitaciones físicas que los doctores me han impuesto, por lo que tengo que confiar en ellos en todo lo que tengan que decirme. Si yo les pudiera decir que ya estoy listo para la primera semana de trabajo lo haría. Pero simplemente no lo sé. Es un proceso muy fluido. Esa es obviamente la meta, pero hasta ahora las cosas se han visto bien”.
El regreso de Wentz trae consigo consecuencias muy interesantes: No tiene ninguna presión para regresar de inmediato debido a que las Águilas pueden seguir apoyándose en el MVP del Super Bowl cuando la temporada arranque. Y eso no es necesariamente una amenaza para Wentz, cuya amistad con Foles no es presa de la tensión que se ha podido ver con otros afamados conjuntos de la NFL, como Brett Favre y Aaron Rodgers, o Joe Montana y Steve Young.
“Hemos construido una amistad muy estrecha desde que él llegó aquí por primera vez”, dijo Wentz. “Desarrollamos una relación, una verdadera relación, más que una simple relación laboral, es una amistad de verdad”.
Wentz admite que fue muy difícil ver a alguien más levantar el trofeo Vince Lombardi en el escenario. Pero los dos mariscales son más como hermanos que competidores por el puesto de titular.