Associated Press
2018-05-29
LeBron James rescató a los Cavaliers de un déficit de 3-1 en la final de la NBA y los acaba de librar de un atolladero de 2-0 contra Boston.
Ninguna recuperación semejante se había logrado antes, por lo que James ya se ha enfrentado a este tipo de situaciones que resultan un tanto dificultosas.
Si gana otro campeonato ahora, al frente de este grupo de los Cavaliers venciendo al más poderoso equipo de Golden State, podría llegar a ser un reto aún mayor. Quizás sea pedirle demasiado.
Excepto que hay que tomar en cuenta al tipo de jugador al que se le está pidiendo tal cosa.
James está jugando a un nivel tan extraordinario que hace parecer que todo es posible, incluyendo lo que podría llegar a ser una de las más grandes y sorprendentes victorias en la historia de la NBA.
“Sin importar lo que llegue a suceder, sin importar si somos los elegidos para ganar o no, simplemente salgamos a la cancha a jugar”, dijo James. “Ya veremos qué pasa”.
Los Warriors son mejores, y muy pocos fuera de Ohio, de donde James es originario, se molestarían en refutar tal aseveración. Golden State es un equipo mucho más poderoso, veloz, más potente en la ofensiva y mucho más confiable en la defensa. Los Cavaliers sólo lograron ganarles un único partido en la final del año pasado, y ese equipo de Clevleand, con Kyrie Irving, era mejor que la versión de este año.
Pero ninguna de sus debilidades han detenido a los Cavaliers de ganar esos séptimos partidos en esta postemporada, ni de arrasar en cuatro partidos con un equipo de Toronto que logró amasar hasta 59 victorias. Ellos siempre encuentran la manera de jugar bien para mantenerse a flote para que entonces James pueda conducir a los Cavaliers a cruzar esa recta final, y esa volverá a ser la estrategia comenzando mañana en la Arena Oracle.
Tal como Stephen Curry lo señaló, los Cavaliers son algo más aparte de James. Tristan Thompson brilló por su ausencia la mayor parte de esta temporada, pero ha recuperado su papel de destacado recuperador de rebotes y jugador defensivo en la postemporada. Si el al All-Star, Kevin Love es dado de alta tras sufrir una conmoción justo a tiempo para poder jugar, Clevleand podrá proteger a James con un grupo de peligrosos encestadores, al igual que él, desde el perímetro, mientras que Kyle Korver, George Hill y JR Smith obligarán a los Warriors a que se enfrenten a James uno a uno —y cabe la posibilidad de que uno de los mejores defensas de Golden State, Andre Iguodala, no pueda reincorporarse a la alineación debido a que tiene una pierna lastimada.
Golden State ganó dos de los tres enfrentamientos en la final, y es el equipo favorito para ganar en esta ocasión. Pero la vez que Cleveland ganó fue quizás gracias a la habilidad de James, cuando los Cavaliers se sobrepusieron a un déficit de 3-1 para vencer a los Warriors en Oakland en un séptimo partido.
Otro título podría ser una posibilidad. Quizás se requiera de cuatro partidos de alrededor de 34 puntos, nueve rebotes y nueve asistencias —que es de lo que James ha promediado en 18 partidos de esta postemporada. Es difícil esperar que cualquiera logre alcanzar semejante nivel, pero eso es lo que se le exigirá al número 23 en Cleveland.
James lo puede hacer.
Ganará Cavaliers en siete partidos.