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Real...mente mítico

Agencia Reforma

2018-05-26

Kiev, Ucrania— Gareth Bale esculpió la décimo tercera Copa de Europa de un Real Madrid que ayer aumentó su mito.
El miembro más cuestionado de la BBC vino de la banca para dibujarse un gol de chilena y anotar un tanto más con los que el Madrid derrotó 3-1 al Liverpool en la Final de la Champions League, y así agenciarse su corona número trece y la tercera de forma consecutiva.
El galés, apartado de la titularidad por ordenes de Zinedine Zidane, calmó los fantasmas que por momentos amenazaron a los Merengues, en un duelo sazonado por el drama y las lágrimas de Mohamed Salah, Dani Carvajal y Loris Karius, protagonistas de su propia desgracia.
Liverpool, cinco veces campeón de Europa y con la delantera más letal en esta edición de la Champions, salió a herir al conjunto merengue, agobiado por la presión que ejercieron Salah, Sadio Mané y Roberto Firmino, y desconcertado ante las pocas intervenciones de Isco y Cristiano Ronaldo, disminuidos en plena Final.
Sólo un golpe de suerte, o el que le propinó Sergio Ramos a Salah tras engancharlo al brazo izquierdo, podía aclararle el panorama al Madrid, que al 31’ vio como el “Faraón” finalmente dejaba la cancha entre lágrimas y una lesión que no sólo dejó en silencio al Estadio Olímpico de Kiev, sino también a todo Egipto.
Como “pago” a la desgracia de Salah, o por pura justicia divina, Dani Carvajal dejó la cancha tras una lesión muscular en la pierna izquierda en su afán por hacer un “taquito”, al 36’.
Reducidos, Liverpool y Real Madrid intercambiaron golpes. Keylor Navas amortiguó el bombardeó de los Reds, y Loris Karius se derrumbó cuando Karim Benzema, más vivo que un gato, le punteó el balón en pleno saque para poner el 1-0, al 51’.
La ventaja duró cuatro minutos porque Mané se encontró un balón en el área chica y venció a Navas para igualar el encuentro.
Al Madrid se le indigestaba un rival con rabia, por ello Zidane sacó a Bale de la banca, y al 61’ lo mandó al terreno para que tres minutos más tarde el galés agradeciera el gesto con una chilena que le valió el 2-1 a los Merengues.
Ese golpe fue fulminante para el Liverpool, reducido, sin Salah, y con Karius cometiendo la última pifia de la noche, ante un disparo del propio Bale que valió el tercer tanto (83’), el de la décimo tercera Orejona.
Europa se volvió a rendir ante un Real Madrid de época.


 

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