The New York Times
2018-05-19
Baltimore — El día ofreció más de lo mismo. Había papeleras colocadas bajo las goteras en el techo, el cartón y las alfombras parecían recoger la humedad que por días se había estado acumulando, y la pista semejaba un campo de mantequilla de maní en lugar de tierra.
A pesar de las malas condiciones, los fans, vistiendo botas y chamarras impermeables, no fueron disuadidos: Ellos querían ser testigos del segundo acto de lo que ellos esperan que pronto se convierta en historia.
No era el 2015, cuando American Pharoah, entrenado por Bob Baffert, pronto tomó la delantera en la carrera de ese año, ganando por siete cuerpos y quedándose con la segunda joya de la Triple Corona en una histórica carrera que culminó con el famoso caballo convirtiéndose en el primer en ganador del tan prestigiado honor en 37 años.
El sábado, fue Justify, también entrenado por Baffert, quien venció a Bravazo por dos quintos de cuerpo para ganar la 143va. Carrera del Preakness Stakes en Pimlico y colocándose en puerta para intentar ganar la Triple Corona en el Belmont Stakes dentro de tres semanas. Esta fue la quinta victoria de Justify en cinco participaciones y su tercera en una pista empapada. Tenfold quedó en tercer lugar y Good Magic terminó en el cuarto.
Siendo montado por Mike Smith, Justify completó el trayecto de una milla y tres diez y seisavos en un tiempo no oficial de 1:55.93.
En cinco intentos, Baffert nunca ha perdido el Preakness con el caballo ganador del Derby. De hecho, la victoria de Justify colocó al entrenador en un empate con R. Wyndham Walden, quien ganó siete ediciones en el siglo XIX, incluyendo cinco carreras consecutivas, convirtiéndose en el entrenador con el mayor número de victorias en el Preakness.