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Difícil encontrar un balance en algunas universidades

Associated Press

2018-04-23

Nueva York.- El futbol es complicado, y la vida lo es aún más.
Las universidades tienen el compromiso de preparar a sus estudiantes para lo que sea que venga después de que se gradúen. Al menos esa es su misión. En algunos lugares como Northwestern y Stanford, ciertamente eso es verdad.
Cuando esos estudiantes son jugadores de futbol, las dificultades parecen exacerbarse. Encontrar un balance entre sus obligaciones en el salón de clases con las exigencias del más grande deporte resulta un tanto difícil.
Pero al hacerlo, trae consigo sustanciales beneficios, tal como dichos jugadores lo han aprendido como parte de la cosecha del Draft de la NFL.
“El que yo haya podido entrar a Stanford ayudó mucho con el futbol”, dice Harrison Phillips, un tacle defensivo proyectado para la segunda ronda del Draft de esta semana. “Todo lo que valga la pena hacer en la vida, vale la pena exagerar en ello. El lado intelectual del futbol siempre se me ha hecho muy interesante”.
El compañero de equipo y apoyador Peter Kalambayi, al igual que Phillips, está entre los 39 jugadores en las pizarras del Draft que recientemente entraron a la Sociedad Nacional de Honores de la Fundación Hampshire de Futbol por haber alcanzado un promedio de 3.2 o mayor en sus calificaciones de la universidad.
“Es definitivamente una gran cantidad de trabajo, especialmente a mitad de período y durante la semana de finales. Es sobre entender que tienes que llegar a casa después de la práctica y estás muy cansado y no quieres hacer nada, pero se tiene que tener la disciplina para hacer lo que necesitas hacer. Es aprender a decir no a ciertos eventos sociales. La gente te habla y tienes que decirles, ‘no puedo, no por el momento’”.
Por ahora, Phillips, Kalambayi y los otros reconocidos atletas universitarios –incluyendo los compañeros de equipo de los Cardenales David Bright y Dalton Schultz– todos están enlistados como potenciales candidatos a los tres días del Draft. Entre las habilidades que traerán consigo al mundo del futbol profesional están sus excepcionales hábitos de estudiar, su disciplina, una fuerte habilidad de retención y organización.
Claro está que deben también tener la habilidad atlética, y no tener problemas de salud ni problemas fuera del campo de juego. Y simplemente debido a que son alumnos destacados en el salón de clases no es la razón más importante para que resulten seleccionados.
“Con algunos jugadores definitivamente es algo que se da por hecho, con otros definitivamente no lo es”, según señala el ex gerente general de la NFL Phil Savage, quien ahora procura talento para el Senior Bowl y es analista de futbol de SiriusXM Radio.
“Hemos visto prospectos que salen de universidades con una fuerte inclinación académica, donde el trabajo en clase es especialmente exigente y no tienen ninguna ventaja sobre otros prospectos que vienen de otro tipo de escuelas que no tienen un nivel académico tan alto.
“Se debe tener cuidado para encontrar un balance en ello. Pero los jugadores que cumplen con los requisitos de sus clases, y que se sabe que han trabajado muy duro y han obtenido muy buenas calificaciones, te hacen sentir bien sobre sus prospectos. Creo que sí es algo positivo para cualquier prospecto. Recordemos cuál es la filosofía central de los Patriotas: Mantén tu condición, debes saber lo que hay que hacer y juega con todas tus fuerzas”.
El miembro del Salón de la Fama del Futbol Colegial, Pat Fitzgerald, era un liniero del All-America en Northwestern y ha sido entrenador principal desde el 2006. Él encajaba a la perfección en la categoría de jugador estrella y estudiante, y ahora tiene la oportunidad de trabajar con jugadores jóvenes similares a él –sin importar si llegan a convertirse en participantes de la NFL o en doctores, abogados, o empresarios”.

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