Deportes

Acoso sexual forma parte del trabajo: porristas profesionales

El Diario de Juárez

2018-04-10

Las porristas de los equipos deportivos profesionales pronto se dan cuenta de que presentarse durante los eventos sólo representa una parte de su trabajo. Se estipula que lleven a cabo lo que se vuelve el lado desagradable de empleo: convivir con los aficionados en los partidos y eventos promocionales, donde resultan comunes los tocamientos y el hostigamiento sexual, de acuerdo a lo publicado por The New York Times.
En entrevistas, docenas de porristas y exporristas —en su mayoría de la NFL— describieron una explotación sistemática de equipos que las envían a reuniones previas a los juegos donde son objeto de ofensivos comentarios sexuales y tocamientos no deseados que les hacen los aficionados.
“Cuando uno trae un sostén que realza y un falda con flecos, desafortunadamente a veces parece que son gajes del oficio”, dijo Labria Lee Holt, exporrista de la NFL. “A mí nunca me pasó nada en lo que alguien del personal profesional del equipo dijera algo o me hiciera sentir así. Pero definitivamente eso pasa cuando uno se topa con gente que ha estado tomando cerveza”.
Los funcionarios de los equipos están conscientes de la situación, dijeron las porristas, pero poco hacen a fin de prevenir el acoso. Las porristas de la mayoría de los equipos deportivos profesionales tienen que convivir con los fanáticos en los partidos y eventos promocionales donde pueden resultar espantosos los contactos con personas intoxicadas. Una exporrista de los Pieles Rojas recordó una encomienda particularmente incómoda: a ella y cinco compañeras las mandaron al domicilio de un aficionado, donde varios hombres estaban tomando y viendo un juego de futbol americano.   
Cuando visitan los estacionamientos donde se congregan los fanáticos, en ocasiones las porristas van de dos en dos o en grupos reducidos para sentirse más seguras.
“No había ninguna protección para eso”, dijo Holt. “Uno tiene que andar donde están acampando, ir a las tiendas de campaña, departir con los aficionados y mover los pompones. Y en ocasiones hay desagradables hombres mayores que han estado bebiendo y dicen algo indebido. Es común, y la industria lo sabe”.
Una porrista que lleva mucho tiempo con los Vaqueros de Dallas recordó un partido local cuando su escuadra caminó cerca de un grupo de seguidores de las Águilas de Filadelfia. “Íbamos caminando, saludando y sonriendo, cuando me llamó la atención un hombre”, dijo la porrista, pidiendo no ser identificada debido a que, como a muchas otras, la obligaron a firmar acuerdo de confidencialidad. “Me miró y dijo, ‘¡ojalá te violen!’. Ése es el tipo de cosas que nos han gritado. Inclusive nuestros aficionados, en cuanto se emborrachan, gritan cosas y uno piensa, ‘¿en serio?’. Es parte del trabajo. Se supone que uno lo acepte”.
Reconociendo el problema, algunos equipos abordan el acoso en la capacitación y mediante los folletos dados a las integrantes de la porra y el equipo de baile. Las mujeres siguen siendo enviadas a las fiestas en los estacionamientos, las suites de aficionados importantes o las tribunas.
A las porristas se les manda asimismo a hospitales, fiestas de cumpleaños o de oficinas y a supermercados para ayudar a promover a sus equipos. A menudo, son enviadas sin medidas de seguridad.
Los Vaqueros de Dallas enseñaban a sus porritas y bailarinas qué decir a las personas que les dijeran cosas ofensivas o las tocaran en forma indebida. Las mujeres tenían instrucciones de nunca molestar a los seguidores.
“Nos enseñaron cómo responder si alguien nos tocaba”, dijo la veterana porrista de los Cowboys. “Nos dijeron que dijéramos cosas como, ‘eso no es muy agradable’. Ser tiernas, no groseras. Decir, ‘¿puedo pedirte que no te pares aquí?’. Usar el lenguaje corporal para ayudar a prevenir la situación. Nunca portarse fea. Nunca. Siempre ser cortés. Porque de no ser por los aficionados no estaríamos aquí —así es como se su supone que pensemos sobre esto”.
“Ahora… yo creo que nos deberían entrenar a levantar la mano y decir, ‘seguridad, ¡alejen a este hombre de mí!”.
En comunicado, un vocero de la NFL señaló: “La NFL y todos los clubes miembros de la NFL respaldan las prácticas de empleo justo. Los empleados y colaboradores de la NFL tienen derecho a trabajar en un entorno positivo y respetuoso donde no exista ningún tipo de hostigamiento”.
Debra Katz, una abogada que ha llevado casos de acoso sexual, dijo que los equipos deportivos profesionales tienen la obligación legal de proteger a las porristas de contacto no deseado con los seguidores.
El hecho de que varios equipos exijan a sus porristas firmar acuerdos de confidencialidad despierta un alerta en estas situaciones donde puede darse el hostigamiento, señaló Katz.
La porristas rara vez interponen casos por acoso, ya sea por creer que es lo que se espera en su trabajo o por temor de ser despedidas por quejarse.
“No es que alguien me agarre los pechos, ni nadie me dijo, ‘acuéstate ya conmigo”. Es mucho más sutil”, dijo la exporrista de los Pieles Rojas. “Es como en todas las dinámica de abuso. Uno no cree tener la libertad de decir que preferiría no hacer eso. En cambio, la tratan mal y le pagan poco y la regañan en el ensayo por no traer el labial correcto. Todo es muy complicado”.

@

 

X