Associated Press
2018-04-02
San Antonio— Todos vitorearon su nombre desde las gradas “Di-Vin-cen-zo, Di-Vin-cen-zo”. Para cuando Donte DiVincenzo había ya cometido el daño, Villanova se había hecho acreedor a otro título y el basquetbol colegial tenía una nueva estrella.
El chico de pelo rojizo apodado ‘Big Ragu’ salió de la banca para anotar 31 puntos ayer y condujo a Villanova a otra gran victoria en el torneo –esta vez con un marcador de 79 a 62 sobre Michigan por su segundo título en tres temporadas.
El guardia de segundo año encestó 12 puntos y sumó una asistencia durante una primera mitad en la que ayudó a los Wildcats a ponerse al frente; luego anotó nueve disparos consecutivos para Villanova a mediados de la segunda mitad para asegurar el partido. Terminó la noche con un disparo de tres puntos por detrás del arco, mismo que celebró dando un giño a los conductores de televisión Jim Nantz y Bill Raftery, quienes estaban en la lateral.
Villanova ganó los seis partidos de su campaña en el torneo por ventajas de dos dígitos
“Creo que jugamos nuestro mejor partido en el campeonato”, dijo el entrenador Jay Wright.
La pregunta clave es: ¿Podría ser este uno de los mejores equipos de todos los tiempos?
Quizás lo sea, considerando la manera en que el equipo de Wright desmanteló a todo aquel que se le puso enfrente en un torneo que estuvo plagado de victorias inesperadas, equipos poco favorecidos y oponentes con récords muy similares.
Quizás lo sea, considerando que los Wildcats ganaron de toda manera imaginable. Esta victoria tuvo lugar dos noches después de que impusieran un récord del Final Four con 18 disparos de tres puntos.
Dejemos ese debate para después.
DiVincenzo disipó toda duda sobre este partido con un promedio de 10 de 15 en disparos impuesto durante la noche —cinco de siete desde la distancia de los tres puntos— su mejor marca hasta ahora, convirtiéndolo en un incuestionable acreedor al reconocimiento del jugador más destacado en el Final Four.
Comenzó su racha del partido haciendo rebotar el balón por detrás para acercarse al aro y luego conseguir que le cometieran faul. Al otro extremo de la cancha logró bloquear con sus dos manos un disparo de Charles Matthews de Michigan, cuando Matthews intentó colocarse dentro del área pintada.
“Bloquear disparos, definitivamente”, dijo DiVincenzo cuando se le preguntó si disfrutaba más los tiros de tres o los bloqueos. “Me siento muy orgulloso de lo que he podido hacer en la defensa, y simplemente inyectarle energía al equipo”.
El enceste de tres puntos con el que el partido quedó asegurado fue desde un paso muy por detrás del arco, y le dio a Villanova una ventaja de 62 a 44 faltando poco menos de ocho minutos de juego.
El único drama que quedaba por resolverse era si DeVincenzo podría liberarse del abrazo multitudinario de sus compañeros de equipo para lanzar el balón hacia la pizarra después de que sonara la chicharra. En eso también tuvo éxito.
Han sido dos meses muy emocionantes para Filadelfia. Primero las Águilas. Ahora esto. El Super Bowl, seguramente fue un clásico. Esto fue un hermoso momento para un único equipo.
Michigan comenzó a jugar con mucha potencia en la defensa, de la cual dependió por el transcurso de una racha ganadora de 14 partidos que llevó a los Wolverines a su segunda final en seis años.