Associated Press
2018-03-12
Alameda, California.- Richard Sherman pasó siete años atormentando a los 49ers de San Francisco con su impenetrable cobertura, su colorido lenguaje altisonante y su célebre momento cuando comió pavo en la mitad del campo.
Ahora ha decidido unirse al enemigo, firmando un contrato a tres años con los 49ers casi inmediatamente después de que fuera despedido por los Halcones Marinos de Seattle el pasado viernes.
“Es un poco extraño vestir una camiseta diferente. Estoy seguro que me tomará algo de tiempo acostumbrarme”, dijo Sherman ayer. “Pasé mucho tiempo vistiendo una camiseta roja en la Bahía, por lo que estoy seguro que podré muy pronto hacerme a la idea”.
El exjugador estrella de Stanford regresó al Área de la Bahía ya que se quería quedar en la Costa Oeste para estar cerca de sus padres en Los Angeles y de la familia de su prometida en Seattle.
Tener la oportunidad de quedarse en la NFC del Oeste y de jugar contra los Halcones Marinos dos veces al año fue un punto extra a su favor.
“Definitivamente fue parte de ello”, dijo. “Me gusta la idea de poder volver a jugar en ese estadio vistiendo colores distintos. Haré mi mejor esfuerzo para arruinarles el día. Quiero tener la oportunidad de demostrarles lo que aún puedo hacer en el campo”.
Sherman, quien cumplió 30 años este mes, acaba de recuperarse de una lesión en su tendón de Aquiles que le costó la mitad de la temporada del 2017. Sherman también fue sometido a una cirugía en su tobillo durante el período de temporada baja. Eso conllevó a que Seattle tomara la decisión de que el jugador no valía el salario de 13 millones de dólares que se le pagaría en el 2018.
Sherman se convirtió en un jugador estrella en Seattle, mostrando una audaz actitud y ganas de dar su opinión sobre cualquier tema aunada a su estelar estilo de juego. Sus mejores temporadas tuvieron lugar en el 2013 y en el 2014, cuando Seattle tuvo dos participaciones en el Super Bowl.
Sherman aún era uno de los mejores esquineros durante las tres temporadas pasadas, calificando en segundo lugar en la NFL al permitir que los receptores que se enfrentaban a él sólo lograran atrapar el 49.2 por ciento de los pases, de acuerdo con Pro Football Focus.
El haber sido despedido sólo le agregó fuego a Sherman.
“Creo que llegué a echarle más gasolina a ese fuego que siempre se ha mantenido encendido”, dijo. “Simplemente le eché más gasolina y aprecio y doy las gracias por esta motivación e inspiración. Hay aún personas a las que todavía tengo mucho que demostrarles. Estoy muy emocionado por esos prospectos”.