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Colorida inauguración de Olímpicos de Pyeongchang

Associated Press

2018-02-09

Pyeongchang, Corea del Sur— Una muestra de unidad de Corea del Norte y del Sur se destacó ayer como el tema principal e inspirador de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, en una ceremonia en que no estuvo ausente el colorido que le imprimieron algunas delegaciones por su vestimenta –o por la falta de ésta.
La hermana del líder norcoreano Kim Jong Un cumplió su primera visita en la historia a Corea del Sur y estrechó la mano del presidente surcoreano Moon Jae-in. Ambos presenciaron un espectáculo de luces, sonido y danza, que comenzó con una exhibición de taekwondo por parte de equipos de las dos Coreas.
Minutos después llegó un momento asombroso por sus implicaciones. Fue posible apreciar al vicepresidente estadounidense Mike Pence, sentado una fila delante de la hermana de Kim en el mismo palco, y mirando la apertura de unos juegos cuyo legado principal podría ser el acercamiento entre las dos Coreas.
Los deportistas norcoreanos y surcoreanos desfilaron juntos, agitando banderas que sólo mostraban el territorio de esta península sobre un fondo blanco. En su fantasía unificadora reflejaron el sueño que han tenido muchos coreanos.
Una delegación de ambos países no marchaba de manera conjunta desde 2007.
Horas después, Moon subió al podio que le cedió el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, y declaró oficialmente inaugurados los Juegos.
Alrededor de 35 mil espectadores llenaron el Estadio Olímpico, construido especialmente para la ceremonia en la región nororiental de Pyeongchang, una de las más pobres y frías de Corea del Sur.
Corea del Norte ha enviado casi 500 personas a Pyeongchang, entre funcionarios, deportistas, artistas y animadores.

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