Associated Press
2017-12-06
Frisco, Texas— Después de 12 partidos hace un año, Dak Prescott había conducido a los Vaqueros de Dallas a conseguir una racha ganadora, con la que se impuso un récord de franquicia, y había puesto al equipo en ruta rumbo a los playoffs.
En la segunda temporada del mariscal estrella, la lucha por la postemporada en esencia comenzó faltando tan sólo cinco partidos para que termine la temporada regular, gracias a algunos problemas que el equipo tuvo a comienzos de la temporada y una racha de tres partidos perdidos al hilo cuando el corredor estrella, Ezekiel Elliott finalmente tuvo que empezar a cumplir con una suspensión de seis partidos por un caso de violencia doméstica.
Prescott, el reinante novato ofensivo del año de la NFL, se ha impuesto a sí mismo que “los playoffs empiezan ahora”, al mismo tiempo que los Vaqueros se preparan para visitar el domingo al equipo que ocupa el último lugar en la División, los Gigantes de Nueva York, un año después de que estuvieran 11-1 con 11 victorias consecutivas en rumbo a obtener la mejor marca de la NFC de 13-3.
“El punto de todo esto es que debemos ganar, y eso me motiva”, dijo Prescott. “Siento que esto debe motivarnos a todos en los vestidores. No debemos pensar en las decepciones, ni en otras cosas. Lo único que debemos tener en mente es ganar”.
Los Vaqueros vencieron a Washington en lo que se llegó a considerarse como un partido de eliminación entre dos equipos rivales de la NFC Este. Tuvieron su mejor partido con Alfred Morris en el acarreo desde que la suspensión de Elliott entrara en vigor, y amasaron una victoria de 38 a 14 a pesar de que Prescott sólo llegara a registrar 102 yardas por aire y dos pases de anotación.
Prescott se lastimó su mano derecha contra los Pieles Rojas y habría tenido que perderse parte de una serie si no hubiera sido por un oportuno retorno de despeje para un touchdown de parte del novato Ryan Switzer.