Deportes

Fuera de control

Associated Press

2017-12-05

Cincinnati— Dos jugadores tuvieron que ser sacados del campo en carretillas, otros dos fueron suspendidos y muchas sanciones vendrán después. Una de las más cruentas rivalidades de la NFL impone nuevos niveles de crueldad en horario estelar, obligando a los fans a apartar la mirada horrorizados.
¿Qué se puede hacer con esta enemistad de largos años entre los Acereros y los Bengalíes? ¿Acaso los equipos la propician al querer restarle importancia a este tipo de incidentes? ¿O es la NFL y los canales de televisión que la promueven al hacer un espectáculo de ello en horario estelar cada temporada?
Esas preguntas salieron a colación tras un partido tan brutal al grado que hizo a los televidentes sentirse incómodos. Pittsburgh logró recuperarse para conseguir una victoria de 23 a 20 en el Estadio Paul Brown el lunes por la noche, su sexta victoria consecutiva sobre los Bengalíes.
Sin embargo, por lo que este partido será recordado, es por cómo se sintió en ocasiones como si se tratara de una pelea callejera. La NFL respondió suspendiendo al receptor de los Acereros Juju Schuster-Smith y al corredor de los Bengalíes George Iloka por un partido el martes, y se espera que otros jugadores sean sancionados posteriormente en el transcurso de la semana.
“Reconozco que hubo algunas cosas muy desafortunadas en ese partido que no las necesitamos en nuestro deporte —cometidas por ambos bandos”, dijo el entrenador de los Acereros Mike Tomlin el lunes.
Esto ha seguido sucediendo por años, y el resentimiento se ha ido acrecentando.
El apoyador de los Bengalíes, Vontaze Burfict —un punto focal por gran parte de esta enemistad— tuvo que abandonar el campo de juego siendo transportado en carretilla luego que Schuster-Smith lo derribara de un fuerte golpe. El receptor luego se levantó sobre el apoyador que estaba en el suelo para increparlo.
Mientras Schuster-Smith pedía disculpas por lo sucedido después del partido, el receptor Antonio Brown gritó: “¡Karma! ¡Eso se llama Karma!
La carta de la NFL enviada a Schuster-Smith, en la que se le informó de su suspensión decía que el indignante golpe y la increpación “quedaban muy por debajo de los estándares del espíritu deportivo que se espera de un jugador de la NFL”.
Iloka golpeó a Brown en la cabeza después de una captura en la zona de anotación con la que se consiguió el empate del partido en el último periodo. Brown resultó ileso, pero la NFL suspendió al corredor de los Bengalíes por el tipo de golpe flagrante que no tiene “lugar en nuestro deporte”.
Tales momentos han definido esta rivalidad desde el 2015, cuando Burfict tacleó con extrema rudeza a Le’Veon Bell, tras lo cual el corredor de los Acereros sufrió un desgarre en una rodilla. Burfict celebró su hazaña —Los Bengalíes dijeron que simplemente se sentía feliz de haber realizado una gran jugada— pero Bell y los Acereros se sintieron ofendidos.
Los jugadores se hicieron de palabras en las redes sociales, luego se enfrascaron en un altercado en el campo durante los ejercicios de calentamiento previos al partido por la revancha en Cincinnati. Volvieron a enfrentarse en los playoffs en esa misma temporada en el Estadio Paul Brown, y el golpe de Burfict propiciado a Brown en la cabeza en los últimos segundos del juego colocó a los Acereros en una distancia favorable para conseguir un gol de campo y una victoria de 18 a 16.

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