Manuel Orozco
El Diario de Juárez
Ayer se vivió un día de fiesta en el estadio Olímpico Benito Juárez previo a la gran final del Ascenso Mx entre el FC Juárez y los Alebrijes de Oaxaca; familias completas se dieron cita en el estacionamiento del coloso de El Chamizal para disfrutar con música, comida y juegos.
El olor a discada y carne asada abría el apetito de cualquiera que paseara por la explanada del olímpico, la música de banda ambientaba a un par de familias que hacían del previo del juego una verbena para adultos y niños.
Tras el silbatazo inicial del encuentro las gradas del Benito Juárez estaban a reventar, el lleno total hizo que durante la ceremonia de protocolo en la cabecera sur se dejara ver un espectacular mosaico con los colores verde, blanco y negro; las porras del equipo hicieron lo propio y los canticos se escucharon durante los más de 120 minutos de juego.
Transcurrieron 93 minutos de estar en espera de un gol que pusiera a Bravos en la batalla por el titulo; en el minuto 94, a veinte segundos de que finalizara el encuentro, todo parecía estar perdido, pero, Enríquez hizo una joya de gol e hizo explotar la tribuna tras la emoción de saber que se tenia otra oportunidad de ganar.
En el minuto 114 de los tiempos extra Rodrigo Prieto puso a soñar a los juarenses al anotar el gol que daría el titulo a los Bravos, pero la alegría solo duraría tres minutos ya que en un saque de manos la defensa juarense se desconcentraría y permitiría la anotación de Alebrijes que mandaría el juego a la tanda de los penaltis.
Desde los once pasos Oaxaca fue mejor y dejó a Juárez bajo una tristeza de saber que otra vez una final se les escapaba de las manos; no quedó más que regresar a casa y esperar el siguiente torneo para regresar al estadio y alentar de nuevo al equipo e ir en busca del titulo. (Manuel Orozco/El Diario de Juárez - Video: Omar Morales)