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Un aislado Catar hace campaña para proteger Mundial

Associated Press

2017-11-12

Sheffield, Inglaterra.- El lugar de nacimiento del futbol moderno ahora es un sitio modesto: Un par de canchas sin tribunas para aficionados, y unas instalaciones en ruinas al aire libre con muros manchados por la humedad y con los postes de las porterías con pintura agrietada.
Cuando el club Sheffield fue formado en esta ciudad acerera del norte de Inglaterra hace 160 años, la riqueza en torno al deporte en la actualidad era inimaginable para los fundadores del primer equipo de futbol del mundo. El símbolo de qué tanto ha cambiado el futbol se encuentra a miles de kilómetros de distancia, cerca del Golfo Pérsico, donde los estadios brotan en el desierto catarí y decenas de miles de millones de dólares son invertidos en infraestructura a fin de garantizar que una pequeña nación pueda albergar una Copa del Mundo de 32 selecciones en 2022.
Pero Olive Grove, donde las primeras reglas del futbol moderno fueron creadas por los fundadores del Sheffield, fue la parada más reciente esta semana del líder del Mundial de Catar, Hassan Al Thawadi, en una misión que pretende convencer a la comunidad mundial del futbol que su país sigue siendo un anfitrión digno de la principal joya de la FIFA.
Siete años después de la polémica votación y a cinco de la patada inicial, las dudas permanecen sobre la idoneidad de Catar y su derecho por ser la sede de la primera Copa del Mundo del Medio Oriente.
“Creo que siempre estaremos haciendo campaña”, declaró Hassan Al Thawadi, secretario general del comité organizador del Mundial de Catar, en el supuesto “Hogar del Futbol” en una entrevista con The Associated Press. “La mayoría de las naciones o ciudades sedes han recibido críticas”.
Quizá, pero nada a la escala que enfrentó Catar, que no estaba preparado para el intenso escrutinio después de la victoria en la votación secreta que llevó el torneo de fútbol más importante del mundo a su sede más pequeña hasta ahora.
La mayor amenaza del estatus de Catar como sede llegó inicialmente de los investigadores de presunta corrupción, a quienes les preocupaban algunas de las conductas mostradas en la postulación. Al final se determinó que no hubo actividad inadecuada que influyera en el voto.
La censura llegó de los grupos de supervisión de derechos laborales, que consideraban que una especie de moderna esclavitud se estaba creando desde la columna vertebral de la construcción de sitios para la Copa del Mundo. Catar se vio obligado a proteger los derechos y condiciones de los trabajadores inmigrantes.

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