Deportes

Con talento por herencia

Sergio Arturo Duarte / El Diario

2017-10-26

Recuperado de una cirugía en la rodilla derecha y a la espera de una oportunidad para volver a la actividad, Éder Borelli, lateral izquierdo de Bravos FC Juárez, quien no ha visto acción en el agonizante Apertura 2017, tuvo en casa el modelo a seguir: su padre Jorge Borelli, defensa que jugó en Tigres UANL y fue mundialista en ‘Estados Unidos 1994’.
Hoy los Bravos buscarán en casa de Murciélagos regresar a la senda del triunfo en el Ascenso MX, luego de que el pasado sábado empataron en casa por 2-2 ante Cimarrones de Sonora.
Éder nació en Monterrey, Nuevo León, el 25 de noviembre de 1990, vivió su niñez y adolescencia en Argentina, las cuales, giraron siempre en torno a un balón de futbol.
A pesar que estuvo inmerso en el mundo del balompié, la decisión de ponerse unos ‘tacos’ y ‘vivir de la patada’, fue suya y de nadie más.
“No fue ni por obligación ni mucho menos, fue por un tema de gustos, de gustarme la profesión, entonces, creo que fue más eso que algo hereditario”, confesó.
Orgulloso de la trayectoria de su progenitor, el deportista de 26 años, comentó que trata de seguir sus pasos, tanto en el futbol como fuera de éste.
“Siempre fue mi ejemplo a seguir. Fue una persona que logró muchas cosas como profesional, tanto con la selección argentina, como con River –Plate- y para mí es un orgullo y un ejemplo. Más que nada, también, lo humano, la forma de ser, creo que eso me dejó cosas muy buenas”, declaró.    
Ferviente consumidor de futbol junto a su hermano Mateo, a los 15 años, Éder, decidió que el soccer dejaría de ser un pasatiempo más en su vida y se convertiría en una profesión.
La elección no resultó sencilla para el regiomontano con acento argentino, pues sus padres no le permitían jugar futbol si dejaba la escuela.
“Eran días muy largos, yo tenía -hacía- en camión como dos horas hasta el entrenamiento. Entrenaba en la mañana, después de ahí, me iba a la escuela y llegaba a mi casa como a las ocho de la noche”, comentó.
Mientras estaba en las inferiores de Argentinos Juniors y San Lorenzo, en Buenos Aires, entre el futbol y sus estudios, la jornada de Borelli Cap iniciaba a las 5:30 de la mañana cuando salía de casa a tomar el camión.
A su regreso de Argentina, donde debutó en Nueva Chicago, en Primera A, y vivió hasta los 20 años, debutó aquí en el máximo circuito con Gallos Blancos de Querétaro, club en el que vivió un gran año, pasó a Tigres, donde no vio mucha actividad, fue a Correcaminos, luego al Atlante y ahora, milita en Bravos FC Juárez, en el que levantó la copa en el Apertura 2015.
“Hoy en día, tengo pendiente y mi sueño es ascender con Bravos, pero, bueno, uno nunca sabe qué puede pasar mañana. Creo que hoy en día tengo como meta regresar a jugar, que ya me siento muy bien para ayudar al equipo a que pueda obtener el campeonato y, posteriormente, en junio, el ascenso”, dijo.
Jugador importante en Bravos y uno de los integrantes del campeón de hace casi dos años que se mantienen en el FC Juárez, Borelli Cap comentó que el futbol es un ambiente en el que todo puede pasar, por lo que siempre hay que estar abierto a cualquier cosa.

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