Associated Press
2017-09-19
Pittsburgh.- La diferencia en la defensa de los Acereros de Pittsburgh, insiste el apoyador interior Ryan Shazier, no es lo que sucede después del saque, sino antes de él.
Jugadores como el tacle nariz Javon Hargrave, el esquinero Artie Burns y el profundo Sean Davis pasaron la mayor parte del 2016 escuchando durante sus prometedoras temporadas como novatos, ahora están hablando.
Al igual que todos los demás.
“Definitivamente, es mucho más fuerte”, dijo Shazier.
“Los muchachos están conscientes unos de otros y lo que puede suceder en una jugada antes de que se coloquen en la formación”.
Shazier es el que debe saber bien, ya que usa “el punto” en su casco, y recibe la jugada del coordinador defensivo Keith Butler que es transmitida a su oído.
La jugada es escuchada en toda la línea de golpeo, como los Acereros lo han dicho, se les transmiten recordatorios y tendencias.
“Una vez que les señalo la jugada, todos empiezan a comunicarse, “ellos podrían correr así, o podrían hacerlo de esta manera”, comentó Shazier.
“Hey, muévete de lugar. Colócate en una mejor posición”.
Podría parecer caótico, pero no lo es.
La prueba es la manera en que los invictos Acereros lo están ejecutando.
Durante dos semanas, Pittsburgh ha permitido sólo 474 yardas en total, ocupa el quinto lugar entre los equipos que han jugado dos partidos completos.
Por supuesto, han enfrentado a un mariscal novato que hizo su primera aparición como titular en la NFL, DeShone Kizer de Cleveland, y otro que fue asignado como titular minutos antes de iniciar el partido, Case Keenum de Minnesota, aunque los Acereros confían en que su éxito no es un espejismo.
“Todos pueden decir lo que quieran, el mariscal o cualquier cosa, aunque no estamos realmente preocupados acerca de eso”, comentó Hargrave.
“Estamos saliendo a jugar, tratando de atrapar al mariscal y detener la jugada”.
Eso ha funcionado hasta ahora como si fueran expertos.
Pittsburgh pasó la mejor parte de su victoria sobre Minnesota por marcador de 26-9, persiguiendo a Keenum alrededor de la bolsa de protección, también logró limitar al novato corredor de poder Dalvin Cook de los Vikingos, a 64 yardas en 12 acarreos, 25 de ellas provinieron de una jugada en el tercer período que dio lugar a la única anotación de Minnesota.
Hay que decir que el error más importante de la unidad –y no de las otras 55 jugadas ofensivas de los Vikingos, tuvieron mayormente un efecto mínimo– es lo que ha quedado en los Acereros.
“¿Sólo 91 yardas de acarreos?, preguntó el ala defensiva Cam Heyward.
“Sigue siendo demasiado. Tenemos que mantenernos en un estándar más alto”.
Y para eso, Heyward se refiere a uno que durante un largo tiempo estuvo entre los estándares dorados de la NFL.