Sergio Arturo Duarte / El Diario
2017-07-07
“Ya estoy en Egipto, ya prácticamente en el mundial”, declaró emocionado el taekwondoín fronterizo Luis Salazar, quien pese a su corta edad ha hecho del podio una costumbre y, de la excelencia, un estilo de vida.
Arrasante y categórico en el área de combate, Salazar Márquez ganó ayer tres de las cinco peleas que sostuvo por diferencia de puntos en el segundo round, y conquistó la medalla de oro en el selectivo nacional efectuado en el Gimnasio Nuevo León Unido, en Monterrey, Nuevo León.
Y no sólo ello, con el triunfo tiene ahora un pie y medio en el Campeonato Mundial Cadetes, a celebrarse en Sharm El Sheikh, Egipto, el mes próximo.
El atleta de 13 años y 1.51 metros, será concentrado en el Centro Nacional de Alto Rendimiento, en la Ciudad de México, donde presentará una evaluación más, posiblemente contra el ocupante del segundo sitio en el selectivo.
“Yo lo quería mucho, yo entrenaba diario para poder lograr esto que ya se pudo”, expresó vía telefónica aún con la adrenalina producto de las batallas sostenidas.
Precedido por la medalla de bronce que obtuvo la semana anterior, en el límite de 33 kilogramos, en Detroit, Michigan, sede del Campeonato Nacional de los Estados Unidos, Luis no dejó lugar a dudas de su potencial y calidad como taekwondoín.
El campeón sin corona en la Olimpiada Nacional, comenzó su participación -precisamente en la ciudad donde en junio no se le concedió el oro ganado a pulso-, con una contundente victoria a costa de Emanuel Esquivel Medina, de Querétaro, por score de 25 puntos contra cero.
Por la misma vía doblegó 24 unidades a 1 a Carlos García Montoya, de Coahuila, en su segundo combate.
En el tercero, uno de los dos que no ganó por diferencia de puntaje, derrotó seis a dos a Damián Cortez Labastida (Kid Azteca), de Jalisco.
Con los colores del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), equipo a cargo de Mauricio Ramírez, Luis doblegó en la semifinal a Leonardo Pérez Morales, de Chihuahua, tres por cero, en el pleito con el score más cerrado.
Salazar cerró como inició, a tambor batiente y superó ampliamente, 23 a 3 a Eduardo Malo Gutiérrez, de Nuevo León y se ciñó la corona.
Para afrontar este evento, el deportista originario de El Paso, Texas, llegó a Nuevo León con una gran lección que le dejó su actuación en Michigan, donde sucumbió en semifinales ante Kyle Zárate en punto de oro y se quedó con el bronce.
“En Estados Unidos, la -patada- ‘cat’, si la pegas poquito abajo, te amonestan y fue lo que pasó. Me amonestaron mucho porque estaba pegando la ‘cat’ mal, pero ahora ya corregí ese error y aquí ya no lo cometí”, expuso.
Como preparación al nacional de los Estados Unidos y al selectivo mexicano, Luis efectuó entrenamientos a sesiones dobles.
Trabajó los aspectos técnicos propios del taekwondo como el pateo con su coach Mario Romero e hizo la preparación física para adquirir agilidad, rapidez y fuerza, en especial, en las piernas, con base en brincos y ejercicios diversos, con Sixto Solís Borja.
Feliz de la vida y listo para el mundial, Salazar quien afirmó ayer por la tarde que tal vez no podría dormir, dedicó este éxito a su familia, a sus amigos y a las personas que siempre lo han apoyado en su carrera.