Associated Press
2017-06-26
El Segundo, California.- Magic Johnson apuntó con su largo dedo índice hacia la pared del complejo de entrenamiento de los Lakers de Los Angeles, donde cuelgan los nueve números de los jugadores retirados de los 16 veces campeones de la NBA.
“Voy a presionarte un poco”, dijo Johnson a Lonzo Ball. “Si miras a tu derecha verás algunas playeras colgadas en esa pared. Nosotros esperamos que un día cuelgue de ahí una playera con el nombre de Ball, ¿entiendes? Bien”.
Alguien que no portara unos tenis de la marca Big Baller podría resultar un tanto intimidado por los dictámenes de Magic. Después de todo, el presidente de operaciones de basquetbol de los Lakers inmediatamente se refirió al armador de 19 años como “la nueva cara de los Lakers, el jugador de quien creo que nos conducirá de vuelta a donde queremos llegar”.
Pero tras un corto tiempo que pasó preparándose para este momento, Ball ya sabe de antemano exactamente lo que puede esperar de una superestrella de su equipo favorito.
“Me siento feliz de estar en casa, y estoy listo para ponerme a trabajar”, dijo Ball, quien formalmente se unió a los Lakers el viernes tras haber sido el segundo seleccionado del Draft.
Ball enfrenta expectativas sumamente altas, pero también es simplemente una parte del plan de Johnson para transformar a los Lakers en un equipo contendiente para el campeonato tras la peor racha de cuatro temporadas en la historia de la franquicia.
Magic dio a conocer sus intenciones unos días antes del Draft cuando intercambió a D’Angelo Russell con Brooklyn, renunciando a la segunda selección en el Draft del 2015 tras apenas dos prometedoras temporadas. Magic hizo el intercambio en parte para dejarle abierto el camino a Ball, cuyo talento y liderazgo impresionaron al armador del Salón de la Fama de los Lakers de una manera en que Russell nunca logró hacerlo.
“Voy a hacer lo que sea necesario para conseguir a los jugadores correctos con la actitud adecuada”, dijo Johnson. “D’Angelo es un excelente jugador. Tiene el talento para ser un seleccionado al All-Star. Le queremos dar las gracias por lo que hizo por nosotros, pero lo que necesito es un líder. Necesito a alguien que pueda instar a los otros jugadores a ser mejores, y que también los jugadores quieran jugar con él”.
Johnson hizo eco de los comentarios del gerente general Rob Pelinka, hechos un día antes sobre los planes a largo plazo de los Lakers cuando hizo mención de la liberación del tope salarial para el 2018, la segunda razón por la que Russell fue intercambiado.
Los Lakers se deshicieron del contrato por 64 millones de dólares de las últimas tres temporadas del centro Timofey Mozgov, adquiriendo así al centro Brook López –a quien le queda un año en su contrato– y luego utilizaron su 27va. selección para conseguir al alero de Utah Kyle Kuzma.
Ahora con el contrato de Mozgov fuera de los libros de contabilidad y otras mociones adicionales que se tienen planeadas para los próximos meses, Johnson y Pelinka tienen la intención de dejar suficiente espacio libre, lejos del tope salarial, para que los Lakers puedan agregar a dos agentes libres con contratos al máximo el próximo verano.