Agencia Reforma
2017-05-25
Monterrey, Nuevo León— Dicen que el gol suele ser el táctico del partido y más cuando lleva la firma de André-Pierre Gignac.
Se pasó el jugador francés 84 minutos semi dormido en el juego y despertó en el instante justo, para revolucionar el primer capítulo de la final, devolverle la vida al campeón y romper la sonrisa de un rival que ya se sentía con la victoria en el avión de vuelta a casa.
Tigres le empató 2-2 al Guadalajara en la recta final del primer encuentro por el título del Clausura 2017 gracias a la puntería de Gignac y a que se negó a bajar los brazos antes de que expirara el tiempo.
Como en una calca de aquella batalla contra América hace cinco meses, en la Final del torneo pasado, buscó hasta el último instante y evitó la derrota.
Chivas había puesto contra la pared al equipo felino, lo acorraló e hirió desde la primera mitad con la fórmula del desborde por el costado derecho para quemar a Luis Advíncula a través de las incursiones de Rodolfo Pizarro y las combinaciones con Orbelín Pineda.
Ese atrevimiento tuvo su premio al minuto 22, en un tiro de esquina donde Nahuel Guzmán intentó rechazar el balón y lo estrelló en Advíncula para que quedara a plenitud para el remate de Alan Pulido. Fortuito o no, gol que puso arriba al Rebaño para romper los pronósticos.
Tigres desperdició poco antes del primer gol tapatío al volar el esférico Ismael Sosa con portería abierta. Perdonó y pagó el precio.
Porque Guadalajara aprovechó otra pifia de Guzmán para aumentar la cuenta. En disparo de Pulido, el arquero argentino dejó el esférico a la deriva al 42' y Pizarro empujó para otra daga en el cuerpo felino.
El complemento empezó aún peor para Tigres al perder al zaguero Hugo Ayala por lesión. Francisco Meza tomó su lugar y la emergencia se volvió remedio.
El zaguero colombiano puso el hasta aquí al ataque rojiblanco y metió el trazo largo al 87' para el escape de Gignac, la salida en banda de Rodolfo Cota, y el saludo del francés a la red por segunda ocasión.
El primero de Gignac fue 3 minutos antes. Los ajustes del técnico tigre, Ricardo Ferretti, repercutieron con el ingreso de Damián Álvarez. El argentino se fugó por izquierda y colocó en charola para André-Pierre que no perdonó.
A Chivas no le prosperó la idea de guardar el resultado que buscó con sus cambios el entrenador, Matías Almeyda. Un error en la marca sobre Gignac y la mala salida de su portero le costó el ceder la ventaja.
Tigres demostró que a un campeón nunca se le debe dar por muerto y menos cuando su mejor hombre al ataque sólo finge estar dormido.