Sergio Arturo Duarte / El Diario
2017-05-18
Embalados, metidos en una racha de nueve juegos sin derrota, los Bravos de Ciudad Juárez superan, el 29 de abril, en calidad de visitantes, en la Vuelta de semifinales, 0-2 a los Dorados Sinaloa y, como serios aspirantes al título del Clausura 2017, enfrentan a Lobos BUAP, en la final por el gallardete.
Contrario a lo esperado, los Bravos quienes califican a la Liguilla por vez primera en tres torneos cortos, se desploman en la batalla por el título contra el conjunto poblano y, de nuevo se quedan en la orilla.
Pequeños grandes detalles dentro y fuera de la cancha inciden en ello y afectan el rendimiento del equipo.
Fuera de lo futbolístico, la directiva del conjunto se distrae con el anuncio de la construcción de un nuevo estadio de futbol en esta ciudad, realizado por el gobernador Javier Corral, el 17 de abril.
En las horas previas al viaje a Puebla, para el juego de Ida, trasciende que el defensa central brasileño Gilberto ‘Betao’ Barbosa causa baja en el equipo por determinación de la dirigencia de la escuadra fronteriza.
Baluarte en la consecución del cetro en el Apertura 2015, Barbosa suma sólo 539 minutos en el Clausura 2017 y su último partido con FC Juárez fue contra Zacatepec, el 25 de marzo en la fecha 14, en la que sólo vio acción 26 minutos.
La partida de su compatriota sorprende a la plantilla, en especial a la legión brasileña conformada por Leandro Carrijo, Lucas Da Silva, Magno Aparecido, Sidnei Sciola, Joao Paulo y Elson Dias.
Tema fundamental en la motivación y desempeño de los futbolistas es el de las primas ofrecidas al grupo de parte de Álvaro Navarro, vicepresidente deportivo de Bravos, que, de acuerdo a fuentes cercanas a los jugadores, no correspondían a la importancia de una final de liga.
Ello, en contraste a las cantidades prometidas a Lobos, extraoficialmente, de siete millones de pesos por el título del Clausura 2017 y, de un millón de dólares para la plantilla, por el triunfo en la final de ascenso contra Dorados Sinaloa que ganan 1-0.
Inconformes con la falta de sensibilidad de Navarro Garate hacia ellos, horas antes de la final de Vuelta, el seis de mayo, al interior del equipo causa malestar el hecho que los futbolistas no tienen boletos para sus familias.
Tras la inquietud, al final, el asunto es resuelto a medias, pero los jugadores no reciben ni la cantidad de accesos solicitados y, mucho menos, en la localidad deseada.