Deportes

Hijo de Marco Vidal aspira a ser jugador profesional

Jesús Ángel Rodríguez
El Diario

2017-05-07

Quisiera haber sido Iker, un niño de cinco años que de la mano de su mamá fue a presenciar el juego de Vuelta de la gran final de la Liga de Ascenso entre Bravos y Lobos, al Estadio Olímpico Benito Juárez.
El pequeño ni se inmutó cuando cayeron los dos goles de los visitantes que enmudecieron a las más de 19 mil almas que apoyaron al conjunto juarense. El niño estaba más al pendiente del vendedor de chicharrones que no llegaba al lugar donde él aguardaba impaciente.
Ahí, junto a Iker, alrededor de 200 aficionados de Lobos BUAP, quienes hicieron el viaje a esta ciudad, festejaron el gol de César Cercado, al minuto 25 de tiempo corrido.
Originario de Ciudad Juárez, el chiquillo solamente miró al puñado de aficionados de Puebla que con todo gritaron el gol de su equipo, para luego acompañarlo con gritos de “¡Lobos, Lobos!”
Llegaron los chicharrones e Iker tuvo una razón para estar en el juego, el cual se mantenía favorable 1-0 a los poblanos, 3-1 en el global.
Hizo caso omiso a la angustia de los aficionados visitantes a los que se les fue el alma cuando Bravos tuvo una clara en el arranque del segundo tiempo; tampoco cuando cayó el gol del empate.
No fue fácil estar en un partido en el que el equipo de casa no pudo, pese a todo el apoyo de un estadio repleto y el esfuerzo entregado, no pudo. Solo un pequeño lunar en el inmueble festejó luego de los 90 minutos angustiantes.
Los aficionados de Puebla y la derrota de Bravos no le quitaron el sueño a Iker, quien esbozó una sonrisa hasta que vio llegar a Marco Vidal, su papá, exjugador profesional, que estuvo con Indios de Juárez en la Primera División Profesional, categoría a la que aspira, algún día, llegar el equipo fronterizo.


 

X