Agencia Reforma
2017-02-01
Monterrey— Los grupos en pugna de la Liga Mexicana de verano dieron este miércoles en Houston un paso corto que podría convertirse en un salto gigantesco para alcanzar un acuerdo satisfactorio, de cara a la temporada 2017.
Citados por directivos de una institución que aglutina al beisbol organizado, los dos bandos en conflicto manifestaron por separado sus diferencias y se comprometieron a acatar la resolución que la National Association emitirá entre martes y miércoles próximo.
“Todo mundo vino a la reunión (los directivos de Liga Mexicana), con nosotros platicaron desde las 9 de la mañana a la una y media (de la tarde), ojalá y después de esto se tome la mejor decisión”, dijo el propietario de los Sultanes de Monterrey, José Maiz García.
El asunto que tiene divididos a ambos bandos es el número de jugadores mexicanos nacidos en el extranjero que debe permitirse para la campaña entrante.
A la reunión acudieron representantes de los 16 clubes del circuito veraniego y sólo faltaron los dueños de Tigres de Quintana Roo, Carlos Peralta, así como de Diablos Rojos de México, Alfredo Harp Helú.
Patrick O’Conner, encargado de la oficina de Ligas Menores, acudió a la junta acompañado por Thomas Brunswick y Mary Wooters, quienes recogieron las demandas del grupo de la “vieja guardia” y el de la “nueva generación”.
“Ambas partes entregamos nuestros papeles y dijimos que íbamos a aceptar la decisión a la National Association, que está actuando con mediadora con tal de salvar al beisbol mexicano.
“La decisión será dada a conocer entre martes o miércoles y vamos a ajustarnos a lo que diga la National”, indicó Maiz García.
Plinio Escalante, quien había sido despedido como presidente de la Liga en el mes pasado, también acudió al encuentro con los directivos estadounidenses.
Trascendió que de haber un acuerdo la próxima semana, incluso la plaza de Reynosa-León podría participar en la campaña 2017, es decir, se jugaría con 16 equipos.