Associated Press
2016-11-30
Pittsburgh— Ya están todas las piezas. El movimiento de piernas. La visión. La paciencia. La destreza instintiva para leer a un defensa, plantar el taco en el terreno de juego e ir por el ovoide.
Y pensar que la posición natural de Le’Veon Bell ni siquiera es la de receptor abierto. Al menos todavía no.
“Todo el tiempo le digo que cuando cumpla 30, cuando estén hablando de que los corredores están acabados, es lo que debe de hacer durante los próximos cinco años, ser receptor”, dijo el también Acerero de Pittsburgh Darrius Heyward-Bey.
Y Heyward-Bey no estaba bromeando, en testimonio a la versatilidad aparentemente incansable de Bell.
Casi a finales de su cuarta temporada, a sus 24 años Bell sigue encontrando formas nuevas de ampliar su juego con los Acereros (6-5).
Si lo anterior significa abrirse mucho, así sea. Si quiere decir colocarse junto al mariscal Ben Roethlisberger y encargarse de un apoyador que está presionando, eso también está bien.
“Creo que en esta liga probablemente existen muchos mariscales que cuando está bloqueando su corredor, probablemente estén un poco nerviosos y viendo por encima del hombro”, dijo Roethlisberger.
“Yo nunca he tenido ese miedo. Y sé que en el juego aéreo él va a despegarse, va a hacer atrapadas y a hacer jugadas. Y luego, todos sabemos de lo que es capaz en el juego por tierra”.
Lo cual significa básicamente de lo que él quiera. En medio de la caída en picada registrada a inicios de noviembre, Pittsburgh cambió de dirección recurriendo a Bell.
En un lapso de cinco días, Bell tocó el balón en 63 ocasiones (51 acarreos, 12 recepciones) y acumuló 343 yardas y un par de touchdowns durante las victorias sobre Cleveland e Indianápolis.
En ninguna jugada se avanzó más de 22 yardas, pero las piernas siempre inquietas de Bell se mantuvieron moviendo el ovoide, avanzando el reloj y a sus compañeros buscando superlativos.
Alguien que está “dándole con todo”, como dijo el aspirante a artista de hip-hop en el reciente tema “Rappin Athlete”.
Un año después del desgarre de ligamento en la rodilla derecha que lo obligó a ausentarse de la segunda mitad del 2015, Bell se ve como si hubiera recuperado totalmente la condición física All-Pro que exhibió en el 2014 cuando registró 2 mil 215 yardas de ofensiva total.
Si bien está muy consciente de la fuerte carga de trabajo que ha tenido últimamente, difícilmente le molesta. La última vez que se fijó, los Acereros le pagaron por tener el balón en las manos.
“Como que estoy acostumbrado a jugar”, dijo Bell. “Ni siquiera me pongo a pensar en contar los saques. Creo que en cualquier momento del partido puede cambiarlo todo una jugada, así que quiero estar en el partido y puedo ser la razón de que cambie”.