Associated Press
2016-11-29
Frisco, Texas— El esquinero Brandon Carr se molestó ante la sugerencia de que la defensiva de Dallas haya perdido su chispa durante cuatro partidos al hilo sin obligar a perder un solo balón, o 53 intentos de pase por parte de Kirk Cousins de Washington sin derribo.
“¿Está tratando de no reconocer lo que hacemos”, contraatacó Carr. “No voy a dejarlo. Tenemos la chispa. No se preocupe por eso. Estaremos bien. Gracias por las preocupaciones”.
Al veterano con nueve años de experiencia lo respalda un argumento muy sólido, lo mismo que al profundo de segundo año Byron Jones cuando rechaza rápidamente cualquier cifra negativa. Los Vaqueros han ganado 10 juegos consecutivos, la mayor cantidad en la historia de la franquicia en la misma temporada regular.
Dallas se encuentra a una victoria de rebasar la racha de 10 juegos de 1971 que incluyó playoffs y el primer campeonato del Super Bowl de los Cowboys. Si le gana a Minnesota el jueves, Dallas (10-1) igualará la racha más larga de cualquier tipo en el club —la serie de 11 partidos que abarcó las temporadas regulares 1968-69.
Así que olvide la fácil carga a touchdown de Ben Roethlisberger en la parte final que volvió a colocar arriba a Pittsburgh y obligó al novato de los Vaqueros Dak Prescott a contestar por segunda ocasión en los últimos dos minutos a fin de mantener viva la racha triunfadora.
No se fije en los tres ataques seguidos de segunda mitad que terminaron con pases a touchdown por parte de Cousins, quien en Acción de Gracias lanzó para una ganancia de 449 yardas.
“Ustedes pueden ver los números y las estadísticas y todas esas cosas. Pero el objetivo del futbol es ganar el juego”, dijo Carr. “Creo que hicimos paradas cruciales en los momentos del juego cuando más necesitábamos ponernos las pilas”.
Los Vaqueros iban mejorando defensivamente semana a semana y se habían metido entre los 10 mejores cuando se dirigían al partido contra Pittsburgh —a la semana siguiente de dominar 35-10 a Cleveland y a su ofensiva con problemas en la posición de mariscal. Pero a partir de entonces han ido desmejorando.
La falta de capturas se da una año después de que Dallas era el peor de la liga en dicha categoría, para luego comenzar la presente campaña obligando por lo menos un balón perdido en seis de los primeros siete juegos. Y ahora los Cowboys acaban de registrar su primer partido sin derribos.
Los robos y derribos constituyen tesoros para el coordinador defensivo Rod Marinelli.
“No basta”, dijo Marinelli refiriéndose a la presión sobre el mariscal. “Tenemos que seguir dedicándonos a eso”.
En la racha de cuatro juegos sin capturas existe un común denominador: las ausencias del profundo Barry Church (fractura del brazo derecho) y del esquinero Morris Claiborne (lesión en la ingle). Se espera que Church regrese para enfrentar a los Vikingos, mientras que el dueño y gerente general Jerry Jones dijo creer que Claiborne volverá antes de que concluya la campaña regular.
Jones reconoce que los Vaqueros han invertido más en su ofensiva. Y la discrepancia se nota en las estadísticas.