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Sube la presión

Associated Press

2015-06-28

Concepción, Chile.- Infracciones al por mayor, ojos desencajados, manoseos inaceptables, insultos a árbitros y jueces de línea.
La crispación de los jugadores, incluso de figuras consagradas, acostumbradas a la tensión de la alta competencia, ha sido una de las constantes de la Copa América.
Dos de los grandes astros del torneo, el brasileño Neymar y el uruguayo Edinson Cavani, quedaron afuera de la justa como consecuencia de su descontrol. Lionel Messi, Sergio Agüero y Javier Mascherano podrían perderse la final, si Argentina avanza a esa instancia y ven una nueva tarjeta amarilla en las semifinales frente a Paraguay.
La misma situación enfrentan tres chilenos, incluido su jugador más creativo Jorge Valdivia y el lateral Mauricio Isla, autor del gol ante Uruguay que puso a Chile en las semifinales contra Perú. Perú tiene cuatro jugadores con una amarilla y Paraguay tres.
Todas estas amonestaciones se produjeron en los cuartos de final, ya que en la fase final del torneo no se toman en cuenta las que arrastraban de la primera ronda.
La explicación más común para el descontrol de los jugadores es un coctel letal bastante problemático y podría obligar a replantearse muchas cosas en Sudamérica: la impresión generalizada es que los jugadores pierden la compostura por el juego recio de las defensas, combinado con la permisividad y los errores de los árbitros.
“Vamos a tener que cambiar de actitud”, advirtió ayer Alberto Lozada, miembro del tribunal disciplinario de la Conmebol que suspendió por tres partidos al zaguero chileno Gonzalo Jara por meter un dedo en el trasero de Cavani durante un partido por los cuartos de final.
El árbitro Sandro Ricci no vio esa provocación, pero sí el leve manotazo que Cavani lanzó al chileno y que pareció ni siquiera conectar. Jara se tiró al suelo como si estuviese lastimado, y el jugador uruguayo vio su segunda amarilla y fue expulsado.
“Esa actitud (el dedazo) no hubiese pasado a mayor, porque ellos (los jugadores) se palpan normalmente, si no se hubiese caído sin motivo”, agregó Lozada. “Engañó al árbitro, ese engaño es mucho más que haberlo palpado”.
“Tenemos que ser mejor... hay una corriente de cambiar, entonces vamos”, apuntó.
Agüero, amonestado por el mexicano Roberto García por quejarse en el partido por cuartos contra Colombia, que pegó mucho, se mostró incrédulo por algo que le dijo el silbato. “El árbitro nos dijo, ‘Esto es América, chicos’. No entiendo, parece que en Sudamérica es otro el futbol”.
Las fallas arbitrales incluyeron un penal dudoso por una falta contra Arturo Vidal que abrió las puertas el primer gol de Chile en la competencia, ante Ecuador (el árbitro fue Néstor Pitana, argentino); el silbato uruguayo Andrés Cunha ignoró un pisotón en el tobillo y golpe en la cara del colombiano Edwin Valencia al venezolano Ronald Vargas, que sangró por la agresión; anulación de un gol de Alexis Sánchez por una posición adelantada inexistente en el partido que Chile igualó 3-3 con México (Víctor Carillo, peruano) y una roja directa al venezolano Fernando Amorebieta por lo que pareció un pisotón sin intención al peruano Paolo Guerrero (Raúl Orosco, boliviano).
“No pido que nos den, pero que al menos no nos quiten”, declaró el técnico venezolano Noel Sanvicente después de ese partido.
Las reacciones inaceptables de Neymar y Cavani, que condujeron a su marginación del torneo, fueron producto en parte de las faltas que recibían, sobre todo el caso de Neymar en la fase de grupos ante Colombia (árbitro Enrique Osses, Chile), y de decisiones arbitrales erradas.
En el caso de Neymar, que al igual que Messi había sido frenado sistemáticamente con infracciones, todo comenzó con una falta cobrada en su contra por una mano que probablemente no haya sido intencional.

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