New York Times News Service
2014-11-22
Los Angeles.- Los chicos, así como muchos padres están equipados para comprenderlo, pueden llegar a ser unos tremendos cabezas duras. Fue así que cuando el guardia de los Warriors de Golden State, Klay Thompson, quien tuvo una vida colmada de privilegios durante su juventud, decidiera hace un par de temporadas jugar el papel del tipo rudo, empujando al centro de los Pacers de Indiana, Roy Hibbert, por detrás durante un altercado entre los equipos, su padre instantáneamente reconoció el gran error que había cometido.
Mychal Thompson, quien jugó por 12 temporadas en la NBA, grabó la trifulca para cuando su esposa, Julie, llegara a casa y él le pudiera decir, “siéntate y mira al tonto de tu hijo”.
Fue el tipo de reacción en la que les decimos ‘en qué estabas pensando’ que cualquier padre llega a tener, especialmente cuando se enteró que su hijo recibiría una multa de 35 mil dólares. Pero había una diferencia: Mychal Thompson tenía un micrófono frente a él.
Por cerca de dos décadas, Thompson ha mantenido una carrera en los medios en Los Angeles como personalidad en la radio del deporte y como analista en las transmisiones radiales de los Lakers, donde se muestra como un admirador sin reserva de todo aquel que porta los colores morado y oro –especialmente de Kobe Bryant– y como un orgulloso pero exigente padre de familia.
La destacada personalidad de Thompson en la radio ha conllevado a que recientemente se origine una tensión un tanto cómica. Mientras que los Lakers se deterioran y se convierten en uno de los peores equipos de la NBA, Klay Thompson, de 24 años, ha cimentado su postura como uno de los jugadores de élite de la Liga al firmar una extensión de cuatro años a su contrato por 70 millones de dólares con Golden State. Esto ha hecho que su padre tenga sentimientos encontrados: por un lado se siente orgulloso por el ascenso de Klay, pero por otro hay cierta resignación de que es muy poco probable de que llegue algún día a jugar para los Lakers.
“Ese es mi sueño”, dijo Mychal Thompson. “No creo que sea el de él, debido a que él está viviendo un sueño con los Warriors. Tiene a una grandiosa organización, grandes compañeros de equipo, una ciudad, todo es perfecto para él, está en una excelente situación. Por lo que no piensa en ello, pero yo no dejo de pensar en ese sueño”.
El compañero de Thompson en la radio, John Ireland, el locutor que describe todas las jugadas de los Lakers, dijo que, “creo que Mychal está poniendo todo de su parte para que tal deseo se cumpla”.
Thompson, quien conserva un acento muy particular debido a que creció en las Bahamas, tuvo la oportunidad de ver jugar a su hijo en persona el domingo por la noche, mientras presenciaba el partido desde su lugar en el Staples Center, dando testimonio de la apaleada de 136 a 115 que los Warriors le estaban propiciando a los Lakers, y en la que Klay anotó 18 puntos.
Viendo cómo el partido se desarrollaba en otro lugar del edificio, estaban Julie y el hijo de los Thompson, Trayce, de 23 años, un jardinero del sistema de las Ligas Menores de los Medias Blancas de Chicago, quien asistió al partido con dos amigos de Klay de la preparatoria. Otro hijo, Mychel, de 26, forma parte del equipo de la Liga Menor de los Warriors.
Julie Thompson, entornando los ojos, insistía que su esposo trataba a sus hijos de la misma manera en que habla de ellos en la radio. Los jóvenes se encogieron de hombros.
“Él dice lo que siente”, dijo Klay Thompson. “No hay manera de hacerlo cambiar”.
Los beneficios de tener un padre que jugó profesionalmente se hicieron evidentes el domingo por la noche, ya que Klay Thompson era uno de cuatro jugadores en la cancha cuyos padres tenían careras de la NBA, junto con su compañero de equipo de los Warriors, Stephen Curry y los jugadores de los Lakers, Ed Davis y Bryant.