Deportes

Sólo queda esperar…

Associated Press

2014-10-22

Nashville, Tennessee— La adrenalina se sube en el instante cuando Charles Whitehurst ve al mariscal titular lesionado y caminando hacia la lateral.
“De repente digo, ‘aquí vamos. ¿Dónde está mi casco?”, dijo Whitehurst. “Es lo primero que me pasa por la mente. ‘¿Quién tiene mi casco?”.
Siempre es el siguiente hombre en la NFL, pero el mariscal reservista tiene tanto el trabajo más fácil como el más difícil de la Liga. Cobrar un cheque por permanecer de pie en la lateral y usar cachucha juego tras juego. Luego cuando cae el mariscal titular, estar listo para entrar inmediatamente y dirigir la ofensiva y enviar pases a touchdown mientras las mejores defensivas del planeta intentan atajarlo a uno.
Los entrenadores están buscando constantemente al siguiente mariscal incialista, o a un novato barato con potencial, lo cual dificulta aún más sobrevivir como suplente a largo plazo. A Whitehurst le dicen “el Jesús de la tabla” porque el jugador de cabello largo y barba salido de Clemson ha pasado la mayor parte de su carrera profesional sosteniendo la hoja de jugadas.
Hoy en día se encuentra en su tercer equipo, en una carrera sorprendentemente larga para un jugador que nunca fue considerado inicialista de verdad.
El coordinador ofensivo de Baltimore Gary Kubiak jugó nueve temporadas en Denver como segundo de John Elway. El entrenador en jefe de Dallas Jason Garrett jugó 12 campañas, en su mayor parte siendo suplente de Troy Aikman con los Vaqueros.
Luke McCown se encuentra en su temporada número 11, ahora detrás de Drew Brees en Nueva Orleans. No se registra oficialmente a quien posee la marca como el mariscal reservista con mayor antigüedad en la NFL, aunque Pat Ryan duró 13 temporadas, en su mayoría con los Jets, sin ser titular de un solo partido.
Matt Hasselbeck empezó en la NFL como segundo de Brett Favre en Green Bay y ahora es suplente de Andrew Luck en Indianapolis. El veterano dice que ser buen mariscal reservista en realidad depende del equipo y el titular.
“Cuando yo entré a Green Bay, Brett Favre acababa de tener su tercer JMV seguido, así que yo estaba tratando de aprender sus cualidades intangibles, su estilo de liderazgo, de copiar su jerga”, dijo Hasselbeck. “Era todo, la forma como lo hacía y estar listo si se lesionaba. Y luego el entrenador tiene que sentirse cómodo con la idea de que uno pueda entrar y jugar.
“En otras situaciones, como en Tennessee, con Jake Locker, él nada más necesitaba un poco de experiencia, así que en ese sentido la posición de uno es un poco distinta. De todos modos tiene que estar listo para jugar, pero estamos hablando más sobre futbol y filosofía y tiene que haber más diálogo. En Green Bay, básicamente no hubo diálogo”.
Locker se encuentra en el último año del contrato que firmó cuando era novato, así que los Titanes pueden permitirse dar a Whitehurst un convenio por dos años con valor de hasta ocho millones de dólares con incentivos. El entrenador Ken Whisenhunt trabajó el año pasado con Whitehurst en San Diego sin que le preocupara que el mariscal no hubiera lanzado un solo pase en algún juego de las dos últimas temporadas. Whisenhunt quería a alguien que pudiera ayudar a enseñarle su ofensiva a un mariscal joven. 
“Él entiende lo que estamos tratando de hacer, así que puede trabajar con menos repeticiones porque ya ha visto mucho de esto”, dijo Whisenhunt. “Definitivamente eso es algo valioso”.
Para Whitenhurst, se trata de algo sencillo.
“Yo trato de hacer tan bien como pueda todo lo que me piden”, dijo Whitehurst.

X