Associated Press
2014-10-01
Irving, Texas.- Brandon Carr fijó la mirada lejos de un reducido número de reporteros, viéndose poco emotivo e inseguro sobre si respondería la pregunta que probablemente sabía iban a hacerle.
En la NFL es muy importante el mes de la concientización sobre el cáncer de mama, y durante octubre se pone rosa en balones, entrenadores, árbitros y todo tipo de equipo que usan los jugadores.
Este año el evento comenzó casi dos meses después de que Kathy Carr falleció tras una prolongada batalla con la enfermedad, durante los primeros días del campamento de entrenamiento cuando los Vaqueros de Dallas se encontraban sin su caro esquinero mientras éste pasaba con su madre los últimos días que a ella le quedaban de vida.
Así que, sí, el tributo de la Liga ahora significa un poco más para Carr. Y estos días él es una persona distinta, alejándose de casi todas las cosas que no sean futbol o familia. Su madre es parte de la razón, pero también lo es el sorpresivo inicio 3-1 que ha tenido su equipo con una defensiva que ha rebasado las expectativas.
“Uno nada más tiene que continuar tratando de vivir con un gran legado y continuar motivando y haciendo cosas grandiosas”, dijo Carr. “Eso es lo que aprendí de todo por lo que mi mamá pasó, con ella tratando todavía de hacer cosas y de motivar a sus nietos, a los niños de la escuela o a quienquiera con quien se cruzara. Voy a tratar de seguir su labor”.
Y ello significa ayudar a los Vaqueros, quienes este domingo enfrentan a los igualmente sorprendentes Texanos de Houston, a romper la rutinaria marca 8-8 que en las últimas tres campañas los ha dejado fuera de playoffs.
De hecho llevan cuatro años sin alcanzar la postemporada, o dos años antes de que Carr llegara con un contrato de 50 millones de dólares como agente libre para abordar una de las principales necesidades del equipo.
Ahora está actuando de manera consistente como el mejor defensivo con que cuenta Dallas, siendo claramente visto también como líder nacional.
“Es alguien muy maduro para su edad”, dijo el ala defensiva Jeremy Mincey, agente libre que este año se sumó a los Vaqueros. “Es un líder con aplomo. Es como Tony Dungy. Tiene la fortaleza tranquila. Pero habla cuando hay que hablar, y eso es lo que lo vuelve especial”.
Carr ha tenido que someter varias veces a prueba su discreta fortaleza en las tres temporadas que lleva con los Vaqueros.
Durante el primer año que Carr estuvo en Dallas, en el 2012, su ex compañero en Kansas City Jovan Belcher asesinó de un disparo a su novia antes de dirigirse a las instalaciones del equipo y suicidarse. La novia de Belcher era amiga cercana de la comprometida de Carr, quien ahora es su esposa.
Apenas una semana después, el jugador de la escuadra de prácticas de los Vaqueros Jerry Brown falleció en un accidente automovilístico que condujo a que el tacle defensivo Josh Brent fuera declarado culpable por homicidio no premeditado por intoxicación. Carr asistió a los dos funerales en menos de una semana.
Esta vez, regresó a entrenar unos cuantos días después de despedirse por última ocasión de su madre. Trae puestos dos brazaletes que le pertenecían a ella “para que sigamos estando piel con piel”.
“Pienso mucho en ella”, dijo Carr. “A veces todavía me siento vacío, y no sé por qué. En esta situación lo que he aprendido es que uno nunca está solo. Mi mamá siempre me decía, ‘nunca se es el primero y nunca se es el último’. En este caso eso es verdad. Yo nada más me apoyo en la gente”.
Los Vaqueros llevan marca de 3-1 por primera ocasión desde el 2008, y la defensiva mantuvo a Nueva Orleans fuera de la zona de anotaciones durante tres cuartos tan sólo a un año de haber permitido la cifra récord en la NFL de 40 primeras oportunidades.